El rey Luis I, abuelo de Luis II de Baviera, es el protagonista de la exposición estatal bávara de este año, albergada en el moderno Haus der Bayerischen Geschichte, inaugurado en 2019. Un rey lleno de contradicciones: a él se deben la “y” de “Bayern”, una escandalosa historia de amor y el famoso Oktoberfest.

También le debemos las torres de la catedral de Ratisbona, la Walhalla y la Befreiungshalle de Kelheim, a pesar de haber heredado un reino en bancarrota. Pero… ¿fue realmente el mayor rey bávaro? Esa es la pregunta que plantea esta exposición.

Podrá visitarse del 10 de mayo al 9 de noviembre y será inaugurada el 8 de mayo por el Ministro-Presidente bávaro, Markus Söder.

El Haus der Bayerischen Geschichte es un museo estatal que narra, de forma amena, los últimos 200 años de historia de Baviera. Recomendación: visitar la exposición permanente con audioguía, a través de la app o con guía oficial.

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Para quien quiera descubrir Ratisbona y sus paisajes desde el agua, se recomienda un crucero en barco decorado con millones de cristales Swarovski. Altamente recomendable disfrutar de un strudel de manzana mientras el paisaje fluye suavemente ante los ojos.

Los barcos circulan varias veces al día entre mediados de abril y octubre, cubriendo el trayecto entre Ratisbona y la Walhalla, un templo conmemorativo construido por el rey Luis I, abuelo del famoso “rey de los cuentos”, Luis II.

Al llegar, se puede desembarcar y subir las escaleras que llevan al templo de la fama de los alemanes. En su interior se encuentran bustos de personajes célebres alemanes. Esta tradición sigue viva: una de las últimas incorporaciones ha sido Sophie Scholl, la famosa luchadora de la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial.

Otras excursiones por tierra desde Ratisbona conducen al monasterio de Weltenburg, con la cervecería monástica más antigua del mundo; a Kelheim; o al Parque Nacional del Bosque Bávaro, el primero de Europa.

Múnich o Núremberg también están muy cerca, por lo que hay mucho por descubrir en los alrededores de Ratisbona.

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En el calendario de eventos en tourismus.regensburg.de se pueden encontrar numerosos momentos destacados a lo largo del año. Por ejemplo, el tradicional festival de la cerveza “Dult” se celebra dos veces al año: en mayo y a finales de agosto/inicios de septiembre. También son conocidos a nivel nacional el Regensburger Jazzweekend en julio y los Días de Música Antigua en junio.

Pero el gran evento por excelencia son los internacionalmente conocidos Festivales del Castillo, en julio. No solo el entorno del jardín del castillo Thurn und Taxis es especial, sino también la calidad del programa, con actuaciones como Nabucco, Jedermann, y artistas como Chris de Burgh, Anastacia, Gianna Nannini, Giovanni Zarrella & Banda, Anna Netrebko & Yusif Eyvazov, entre otros.

El coro de niños más antiguo del mundo, los Regensburger Domspatzen, fue fundado hace 1.050 años. En honor a este aniversario, se celebran diversos conciertos; el sonido de estas voces, hoy también femeninas, es único y cautivador.

En Navidad, Ratisbona se convierte en ciudad navideña. Cuatro mercados llenan de luz la ciudad, destacando el famoso Mercado Romántico de Navidad en el patio y jardín del castillo.

¿Buscas aún un regalo navideño? A principios de año, kulturkick-regensburg.de ofrece eventos de lo más variados: conciertos de jazz como “Sparks & Visions”, espectáculos inmersivos como Re:Light e Infinity, o gastroeventos gourmet como Culture Bites.

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Claro que se pueden enumerar los monumentos individuales del casco antiguo de Ratisbona, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: el icónico puente de piedra (Steinerne Brücke), la catedral, considerada junto con la de Colonia una de las iglesias góticas más importantes de Alemania, el palacio Thurn und Taxis o las imponentes casas patricias de ricos comerciantes medievales. Una visita guiada —ya sea presencial o digital— es sin duda imprescindible.

Pero también basta con pasear por sus callejuelas y dejarse envolver por la atmósfera: curiosear en sus pequeñas y singulares tiendas y boutiques, tomar una copa de vino a orillas del Danubio o disfrutar de una cerveza rubia en una de sus tradicionales tabernas o cervecerías al aire libre. También la histórica cocina de salchichas —la más antigua del mundo— invita a una visita.

La alta gastronomía no falta en Ratisbona. Por ejemplo, el chef de la selección alemana de fútbol, Anton Schmaus, cocina para usted en el restaurante Storstad. ¿Lo sabías?

La oferta de alojamientos dentro y alrededor del casco antiguo es abundante y, lo mejor de todo, ¡todo está a menos de 10 minutos a pie!

“Ratisbona es joven y antigua a la vez”, dijo el monje Otloh en la Edad Media… y sigue siendo cierto hoy en día.

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